Hay quien asegura que en el cine el guión tiene una importancia del 51% sobre el resultado final, por aquello de alcanzar una mayoría pero sin demeritar al resto de la producción. Con el japonés pasa algo similar, la luz ocupa ese mismo porcentaje a la hora de sus shows. La música importa, muchísimo, pero su espectáculo pende ligeramente más de lo visual.