En diferentes contextos, dirigirnos correctamente al otro no sólo significa aprendernos su nombre, sino también el grado de estudios que debemos adjudicarle, una tarea más complicada de lo que parece.
En diferentes contextos, dirigirnos correctamente al otro no sólo significa aprendernos su nombre, sino también el grado de estudios que debemos adjudicarle, una tarea más complicada de lo que parece.