Resulta extraño que el «progresismo» defienda el derecho de las personas a participar de instituciones y acuerdos simbólicos tan arcaicos como «el matrimonio», «la familia», y el aval del Estado. ¿Necesita una pareja homosexual de los mismos derechos que una pareja heterosexual? ¿Necesitan de los mismos derechos una madre soltera y un padre adoptivo?