Por Luis Alberto Rivera y Yesenia Yeyre Torres
A Juan Morris (Buenos Aires, 1983) le tomó más de cuatro años escribir desde su perspectiva y tras una investigación exhaustiva, la única biografía que se ha escrito hasta ahora del fallecido cantante y compositor argentino Gustavo Cerati. Existen ya dos libros que intentan rememorar la vida del músico: uno tratado desde primera persona y basado en documentación (Cerati en primera persona, Maitena Aboitiz) y otro centrado en entrevistas claves que dio a lo largo de su carrera (Cerati: Conversaciones Íntimas, Gustavo Bove).
Morris es editor de la versión argentina de Rolling Stone. Pocos meses después de publicar una nota en dicha revista que relataba lo sucedido la noche del 15 de mayo 2010 en Caracas y la etapa de composición del álbum Fuerza Natural, se puso a trabajar en un libro que ahora ve la luz: Cerati. La biografía. A propósito de su visita exprés a México platicamos con él.
¿Es un libro autorizado la biografía que escribiste?
El concepto de «autorizado» es raro, porque ¿qué significa? Es como si un libro sobre Maradona o Hitler lo tuviera que autorizar la familia. Para mí es un concepto insólito al menos que el personaje esté vivo. Y si es autorizada es horrible porque se pone sólo lo que el retratado en la biografía quiere. No me parece un concepto interesante para los libros.
¿Cuál fue el germen del proyecto?
Unos meses después del accidente hice una nota para Rolling Stone, en diciembre de 2010. Era un poco la reconstrucción de lo que había pasado en Venezuela, porque no se sabía todavía muy bien en Argentina. Y también reconstruí toda la gira y el momento de la composición y grabación de Fuerza Natural. Era un poco el capítulo uno con cosas del capítulo nueve.
¿Hubo gente que se negó a hablar contigo durante la investigación?
Los médicos del hospital no quisieron hablar. Una de las hermanas no quiso hablar. Pero la verdad que hablé tanto con Lilia, la madre, que esas dudas que me pudo haber resuelto la hermana, las hablé con Lilia, así que siento que no me quedó ningún agujero en el libro.
Benito, su hijo, tuvo una reacción de rechazo hacia el libro.
Ni lo leyó. Fue sólo cuando salió una reacción de incomodidad. Yo me imagino que debe ser difícil porque es un chico que desde los 15 años tuvo al padre en coma. Durante toda la adolescencia, que es una etapa ya de por sí dramática en la vida, encima tuvo un padre ultra famoso y en coma. Todo el país y Latinoamérica pendiente de lo que sucediera. Pensar que no podía tener el duelo de que estuviera muerto porque seguía ahí, pero tampoco se despertaba. Debió de haber sido horrible. Y por ahí hay alguien que no conoces escribiendo sobre tu padre.
¿Cómo fue el proceso de trabajo durante todos estos años?
A mí me contactaron enseguida que salió esa nota. Y desde 2010 empezamos a hablar de ello. Lo entregué hasta que lo terminé bien, que fue en julio 2015. Ellos lo querían en octubre 2011, diciembre 2011. Tuve 800 mil deadlines que no cumplí. En un momento me quisieron sacar el contrato. Nos peleamos mucho. Pero como yo sabía que había hablado con gente con la que nunca nadie lo había hecho y que lo te tenía era muy bueno, en un momento pensé, si me quieren sacar el contrato, sáquenmelo, yo estoy muy conforme con mi libro, estoy muy seguro de lo que estoy haciendo, de la investigación, y para que quede bien necesito más tiempo.
¿Antes de eso, en algún momento te planteaste escribir sobre el tema?
Antes de que me lo propusieran no lo había pensado, pero de repente la editorial más grande de Argentina me ofrecía hacer la biografía de uno de los artistas más grandes. Me pareció un desafío buenísimo. Además él me gustaba. No era fanático, pero me gustaba.
¿Qué diferencias tiene tu libro con los de Maitena Aboitiz y Gustavo Bove?
Lo mío es una investigación. Hablé con los compañeros del colegio, con la madre, con la tía, con sus exnovias, con sus grandes amores, con sus amigos, sus compañeros de facultad. Toda la reconstrucción de su vida.
¿Con qué postura enfrentaste la investigación?
Mi postura fue tratar de no tener posturas previas. Ir a descubrir quién era Cerati. Sin que fuera para mi un ídolo, sabía que era alguien a quien no quería deslucir, ni alguien que me pudiera desilusionar. Para mí la pregunta del libro fue cómo era para Cerati estar vivo, de qué se trataba la vida para él, cómo era al despertarse en la mañana, qué cosas lo angustiaban, qué le daba miedo, qué le daba placer, qué lo obsesionaba. Cómo se despertaba su creatividad para componer, qué elementos de su cotidianidad usaba en sus canciones. Cuáles fueron sus grandes amores, cómo fue educado, qué valores había en esa familia. Qué heredó de sus padres a nivel emocional, afectivo, cultural. Era bastante ambiciosa mi intención.
¿Qué papel tiene la narrativa en el libro?
Para mí la escritura es como dar mi versión de los hechos. Escribir es decir qué para mí es estar vivo, qué gusto tiene para mí la cerveza. Contar las historias que sólo yo puedo contar porque crecí en un lugar y tuve esos abuelos y esos padres. El periodismo viene después de eso: cómo es estar vivo para los otros. Una vez que veo qué me mueve a mí y cuales fueron las cosas que me marcaron, el periodismo es para mí eso, qué marcó a los demás. Por qué alguien piensa como piensa, se viste como se viste. Hay cosas en la vida que explican eso, tu cosmovisión, tu forma de ver las cosas. Ese es el trabajo periodístico que me interesa.
En la biografía era llevar eso a un nivel más superlativo porque son 550 mil caracteres hundiendo el cuchillo ahí. Me interesaba como artista pero también como hombre, porque su vida y su forma de ver las cosas es lo que constituye las canciones.
¿Qué elementos importantes de su vida descubriste?
Por un lado su perfeccionismo y su obsesión. Además de ser muy talentoso, era muy obsesivo. Era una mezcla. Encima de saber componer, tocar la guitarra y cantar, era muy profesional y trabajador. Era imparable. Con Soda Stereo había que aguantarse las giras de siete meses, parando en hoteles más o menos buenos, sin tener teléfono para llamar, casi sin dormir de noche, sin poder tener relaciones de verdad porque estaban siete meses fuera y no tenían plata para llevar a sus novias. En sus casas la comida de la heladera se les pudría. No tenían una vida fácil, pero sabían que era la manera de lograr lo que querían.
Gustavo no era un niño genio, era alguien que fue desarrollando su talento. No es que nació tocado por una varita mágica. Era un hombre que puso un deseo y un amor enorme en la música. Después llegaba a su casa y era muy normal, quiso armar una familia, tener hijos, experimentar la paternidad. Siempre quería casarse, se enamoraba mucho. No tenía una vida en limusina, era bastante común en ese sentido.
¿Crees que su figura se ha sobrevalorado?
Eso tiene que ver más con qué significan las canciones para las personas. Su imagen tiene que ver con esas primeras canciones que compuso sobre todo. Además él siempre transmitió una imagen de cierta divinidad porque tenía un porte importante.
A Cerati se le acusa de plagio en varios momentos de su discografía.
No sé si exactamente copió, pero sí se adelantó a su época en el sentido de que hoy es muy común que los artistas samplean pedazos de otras canciones, líneas o bases de percusión, bases rítmicas. Estaba tan atento al futuro, a la vanguardia, que lo empezó a hacer mucho antes que otros artistas. Desde Sueño Stereo. En Argentina nadie lo hacía y él lo hizo. Era muy melómano y como su forma de componer era a través del sonido, si había muchas canciones de las que alguna parte le provocaba algo, la usaba para crear una canción.
La pregunta en todo caso sería, a partir de esas canciones que él tomó para componer, ¿hizo algo nuevo?, yo diría que sí, que hizo cosas propias a partir de eso. Efectivamente se inspiró en The Cure, hay cosas de U2, de The Police, de muchos artistas.
¿Prefieres al Cerati solista o al de Soda Stereo?
Me cuesta elegir una parte u otra. Me parece que como solista rompió más el corsé. Escuchas Bocanada y cambia mucho de lo que venía haciendo con Soda. Tiene cosas medio folclóricas, medio tecno, como boleros, canciones de rock, incluso tiene lugares medio crooner. Me interesa eso de su carrera de solista, cómo se expandió a nuevos espacios.
¿Cuál fue la etapa más plena que crees que tuvo?
Creo que tuvo muchos momentos plenos. Por ejemplo, cuando se fue a vivir a Chile y Cecilia quedó embarazada, vivían en Providencia. En esos momentos compone Amor Amarillo, es un momento muy pleno de Cerati. Después tiene un momento también de plenitud con Deborah del Corral.