Por Guadalupe Gómez Rosas
No hay antelación en un grito de guerra. Éstos germinan naturalmente como hierba silvestre. Fue el caso del primer «London Calling», que pasaría a la posteridad como el grito de guerra de la BBC, el mismo que sentó a miles de ingleses a las faldas de un emisor radiofónico durante la Segunda Guerra Mundial.
Posterioremente vino The Clash con sus figuras ácidas y abiertamente políticas. Hoy se presenta Juan Pedro Aparicio (León, 1941) con un nuevo llamado londinense. Ya no es la radio, el medio, ni la guerra el pretexto; los tiempos han mutado y ahora se prescriben más de 80 microrrelatos que resoplan entre las calles de la mítica capital europea.
Aparicio y el ilustrador Fernando Vicente (Madrid, 1963) desarrollan una larga conversación diplomática colmada de quimeras y leyendas. En sus diálogos se palpan los imperturbables modales y la exquisitas fórmulas de la ironía, pero también se distingue una mezcla entre fantasía y vida cotidiana.
Referencias históricas y literarias tocan a la puerta para introducirse en las entelequias del leonés. La Rebelión de la granja de Orwell nos recuerda la distopía, mientras que el microrrelato del mismo nombre apuesta por la revancha. Y cómo olvidar las menciones a Swendenborg y su ideal sobre la comunión del amor.
Hay descrédito y malicia, también melancolía y placer. Hombres platónicos que aman con insondable timidez, mujeres que vuelan prendidas de ángeles, alas invisibles de costos exorbitantes, la anteposición de las ideas, el triste recuerdo de la crisis del 2008. Todo sale de la cabeza de Juan Pedro y se ilumina con los trazos de Vicente.
Claramente no estamos ante un material monotemático, sino frente a un ramal que va creando sus conexiones desde las esquinas, cabinas y tímidos habitantes de Londres.
No es coincidencia que el ganador del premio Nadal 1989 describiera con diligencia y detalle cada espacio londinese. La gestación de London calling inició con el trabajo de Aparicio, cuando dirigía el Instituto Cervantes de 2005 a 2009, al grabar con perfección las actitudes y centros de referencia de lo que significaba vivir en una de las capitales más concurridas del mundo.
En una especie de ejercicio antropológico, Aparicio inserta comparaciones que van desde lo cómico hasta lo formal. Ingleses y españoles son su material de observación y a través de ellos acopla delicados vocablos en conversaciones llenas de ficción y ensueño.
¿Podemos ser Voltaire en tiempos posmodernos? La respuesta es sí y es posible gracias a Aparicio, que desmembró el lenguaje formal y educado para ponerlo al servicio de la timidez, el amor y los ángeles londinenses.
London Calling, Juan Pedro Aparicio. Páginas de Espuma. Madrid. 2015. 184 páginas.