No hago mis películas pensando en un público intelectual, son películas para todo el mundo, creo. Son películas que pretenden ser populares, intentan interesar al espectador por cosas pertenecientes al ámbito de los sentimientos, de las emociones y de la afectividad.
François Truffaut
Por Luis Manuel Rivera
Decir que los franceses han entendido muy bien esto de hacer cine, es redundante. Ellos lo han inventado. Quizá se trate del único cine en el mundo que posee todos los tintes y que intenta satisfacer a todos sus públicos. No sabemos si lo logra, pero un dato revelador es que junto con la India, es el único país que puede hacerle frente al Goliat hollywoodense en cuanto a los números de asistencia que registran sus salas.
En México, por ejemplo, donde la voracidad estadunidense tiene dominada la cartelera comercial, el Tour de Cine Francés es la muestra alternativa que más se logra poner al tú por tú con ese gigante. Hay pruebas. Con tan sólo siete películas alcanzan 117 salas comerciales en el país y llegan a 76 ciudades. No hay cinta mexicana, que no se trate de un blockbuster dirigido por Gaz Alazraki o Eugenio Derbez, que logre esos números. Y ya no hablemos de nacionales, ninguna cinta de manufactura externa a Estados Unidos lo consigue.
El mapa de nombres de este año es, quizá porque celebran 20 años, de los más atractivos en mucho tiempo: Jean Dujardin, Melanie Laurent, Isabelle Huppert, Julie Delpy, Daniel Auteuil, Mia Hansen-Løve y hasta ahí, para no irnos tan de prisa. Y no se trata solamente de nombres de prestigio, la industria cinematográfica francesa es tan sana que tiene el presupuesto para generar grandes producciones sin que necesariamente aparezcan en esas cintas los 20 actores que dominan esa primera liga y que además en casi cualquier país existe. Recordemos, la permanencia en la memoria deja en menos riesgo a las distribuidoras.
Y tampoco es un asunto de cintas festivaleras que han sido aclamadas por la crítica. Hay una, claro, por eso hablamos de esa búsqueda de satisfacción para distintos públicos, pero también hay ligereza, comedia inteligente y drama de bordes de butaca. Intentaremos, en un ejercicio que quizá caiga en la segregación, clasificar en tres partes la programación que esta veinteava edición del tour trae a México.
La festivalera
- L’avenir – Mia Hansen-Løve
No sabemos si es por eso, alguna inspiración o contagio (en el mejor de los sentidos) de talento, pero desde que se oficializó su relación con Olivier Assayas, la brecha ascendente de la carrera de la joven Mia Hansen-Løve es sobresaliente. Avisó en Locarno 2011 con su mención especial gracias a Un amour de jeunesse, y llegó profundo en un cierto sector del público francés gracias al retrato que hizo en Eden de esa generación ‘garage’ que se musicalizó con una de las mayores olas de la electrónica francesa. Con L’avenir, que forma parte de este tour, ganó este año el Oso de Plata a mejor directora en la Berlinale. ¿Queda claro por qué es una cinta que hay que ver, cierto?
El drama y la historia
- Boomerang – François Favrat
Aún no tenemos muy claro si Melanie Laurent está destinada a ser una gran directora, incluso creeríamos que lo hace mejor detrás del micrófono (la muestra es su debut discográfico En t’attendant), de lo que sí no nos queda duda es que frente a la cámara tiene su lado más fuerte. Este drama del no joven pero sí debutante en ligas mayores François Favrat, es una adaptación de la novela homónima de la destacada periodista, escritora y guionista Tatiana de Rosnay –basta voltear la mirada a Elle s’appelait Sarah en cualquiera de sus formatos–. Ese par de elementos parecen suficientes para ponerla en la lista de imprescindibles.
- Au nom de ma fille – Vincent Garenq
Hijo de cantantes de opera, Daniel Auteuil es una de esas que suelen llamar ‘instituciones’ del cine del país que usted prefiera. Francia en este caso. Auteuil es esa especie de garantía en taquilla que sin tanto sigilo se acerca ya casi al centenar de películas en su filmografía. Lo hace junto a un experto en series documentales de televisión como lo es Garenq y que en los últimos años ha preferido sumarse al mundo de la ficción cinematográfica. Digamos que una historia convencional en manos de personas que intentan restarle convencionalidad.
- Chocolat – Roschdy Zem
Desde el taquillazo mundial que representó Intouchables, a Omar Sy lo busca incluso la CIA. Es requerido en grandes franquicias como X-Men y Jurassic Park, pero no por ello abandona el cine que lo puso en esos niveles de presupuesto. Aquí, con el proyecto de dirección más ambicioso hasta la fecha del actor Roschdy Zem, da vida a Rafael Padilla, un antiguo esclavo cubano que alcanzó la fama en el París de la Belle Époque. La cinta es, en evidencia, para un público más amplio, un caso similar al de Intouchables. La búsqueda y la obtención de garantías.
La comedia y el romance
- Lolo – Julie Delpy
Nos ha dejado en evidencia que si va a ser del bando de la dirección, a Julie Delpy le interesa hacer reir a la gente. Es la cuarta comedia que dirige la actriz francesa y en la que además también actúa. Quizá un público importante, el mayor tal vez, se encuentre en ese nicho de fans que le han traído trabajos como la trilogía Before de Richard Linklater o que incluso haya conseguido gracias a su participación en la más reciente entrega de Avengers. De cualquier forma, y sin clasificar a los espectadores, no hacen falta mayores intenciones que las de querer reirse.
https://vimeo.com/143741401
- Un homme à la hauteur – Laurent Tirard
La realidad es que en este caso no hay demasiado que decir. A quien le gusta Dujardin es casi una garantía de que la cinta estará dentro de su aprobación. El actor francés quizá más conocido de los últimos cinco años dirigido por un guionista de trayectoria como Tirard. No es tan difícil la decisión.
- L’etudiante et monsieur Henri – Ivan Calbérac
Aquí la mayor responsabilidad está en manos del hijo de Pierre Brasseur, Claude, quien aunque de basta carrera, no representa esa garantía que dan otros nombres, y menos aún bajo la dirección de un guionista que le ha dedicado mayores esfuerzos a la televisión. He aquí la apuesta del tour de la que se conoce poco pero que podría tener un buen sabor.
Bon appetit.
se atreven a comparar el Tour de francia con la basura de hollywood? pero que clase de bestia analfabeta se le ocurrió esto? solo falta que digan que los osares el la maxima persea de cine ¬¬, personas con este pensamiento deberían dedicarse a leer mas libros en vez de estar escribiendo notas basura aunque con buen contenido