Por Dagoberto Espinoza
Desde sus inicios como cineasta en 1984, cuando fundó el Sankofa Film and Video Collective, Isaac Julien (Londres, 1960) ha reflexionado en torno a la reinvindicación de la negritud y de la diversidad sexual. Territories, el primer filme producto de esa afortunada reunión con alumnos de raza negra de la Central Saint Martins College of Arts and Design, en Londres, lo puso en el ojo de las narrativas de la diferencia. Sin embargo, sus temas no sólo abordan la cuestión de las minorías. Sí, es cierto que ha tocado temáticas gay y de su comunidad racial, pero todo esto queda anulado con la pregunta que el mismo Julien se ha planteado respecto a las críticas acerca de los artistas que pretenden hacer de la identidad y de la minoría un asunto sectario del cual sólo ellos pueden hablar: «De todas formas, ¿quién es lo suficientemente negro?». Lo que le interesa al británico es llevar hasta sus límites el concepto de video, ya sea a través de la creación de complejos filmes con multicámaras y multipantallas, o con coreografías provocadoras (The Long Road To Mazatlán). Encasillada en el rubro del videoarte —marco que rebasó hace ya algún tiempo—, la propuesta de Julien es un profundo acercamiento a las minorías y a sectores afectados por el capitalismo.
Los flujos migratorios, las identidades homosexuales, las desigualdades económicas. Todos esos temas convergen en lo que ha hecho el británico en los últimos dos lustros. Pero es otro gran tópico (que también reúne a los mencionados) el que mayor fascinación le ha causado de unos años a la fecha: el capital. El viejo problema marxista (¿cómo ver el fin de este sistema que se supera a partir de sus contradicciones?) se ha vuelto un tema central en el arte. Y es que es difícil estar exento de él cuando las dinámicas de sus expresiones (la literatura, las artes visuales, la música, y sobre todo, la arquitectura) han sido cooptadas por la lógica de la especulación y la acumulación (de signos, de datos, de objetos) propias de la última fase del neoliberalismo. El cognitariado consume arte cual botellas de refresco. De eso se ha dado cuenta Julien. Detrás de fimes como Baltimore se encuentra un intento de traer al presente los temas raciales que trajeron los filmes blaxpoitation a la cultura popular. No se trata únicamente de reafirmar y ensalzar la negritud, sino de ver las tensiones que se encuentran en determinados momentos históricos. Algo similar pasa con su pieza True North, en donde vemos a Matthew Henson (1866-1955), primer expedicionario negro en poner un pie en el Polo Norte. Sin embargo, su nombre es a menudo opacado por el estadounidense (y blanco, of course) Robert Peary. Tópicos aparentemente inocentes aguardan lógicas de segregación y colonialismo.
Su proyecto más reciente, Playtime, reafirma su crítica hacia el sistema económico. El filme de 70 minutos se desarrolla en tres centros neurálgicos en el marco del neoliberalismo contemporáneo: Dubai, Londres y Reikiavik. Las conexiones están ahí, sutiles y a la vez devastadoras. En la primera vemos un escenario lleno de hombres de negocios; las mujeres fungen en tareas «menores», como limpiadoras. En la segunda urbe, se observa a los especuladores propios del semiocapital en un mundo que rápidamente ha sido absorbido por la web. En tanto, en la capital islandesa, se perciben los efectos que dejó la crisis y la burbuja financiera a finales de la primera década del nuevo siglo. Se trata de tres caras de un mismo fenómeno que está en constante evolución. Como si se hablara de un juego, el arte también está ahí, siendo cómplice de esos farsantes multitasking.
Ahora bien, ¿cómo podemos asir materialmente al escurridizo capital? Esa es la pregunta fundamental en Playtime y en Kapital, piezas que se expondrán en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la Ciudad de México. El espectador podrá contestarla o bien crear nuevas preguntas a partir del 6 de febrero.
Además, en colaboración con la Cátedra Ingmar Bergman y FICUNAM, se presentará el trabajo de Julien. Mientras el MUAC albergue su exposición, la cátedra facilitará una conversación con el artista y el festival proyectará parte de su trabajo cinematográfico.
1. The Attendant, Reino Unido 1993, (10 min)
2. Looking for Langston, Isaac Julien, Reino Unido 1989 (44 min)
3. Territories, Isaac Julien, Great Britain 1984, (25 min)
4. Who Killed Colin Roach?, Isaac Julien, Reino Unido 1983, (34 min)
Clase Magistral con Isaac Julien
domingo 28 de febrero
13:00 horas
Auditorio MUAC