«La tecnología fomenta la ansiedad de información que no conduce al conocimiento»: Luis Eduardo Aute

Por Yesenia Torres

Fotografía: Luis Alberto Rivera

A mediados de los años 60, España se enfrentaba a la última etapa de la dictadura franquista, lapso que dio origen de una generación de grandes artistas. En ese entonces, Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) rondaba los veinte años. La cosecha de éxitos comenzaban a posicionarlo como un artista de talla internacional: había logrado exponer sus pinturas dentro y fuera de Madrid, había escrito su primer guión de cine y colaborado en dirección para varias películas. En 1965 escribió sus primeras canciones y en 1968 publicó su primer disco.

Hoy tiene 72 años, 36 discos, más de 400 canciones y una voz admirable pese a fumar una cajetilla diaria de cigarros. El artista que escribió y compuso canciones sobre la opresión que sufrió el pueblo español mientras Franco vivía, también expresó la belleza en letras, acordes, lienzo y pantalla.

En una canción, Luis Eduardo escribió, «mañana ya murió». En otra, «tanto vendes, tanto vales, ¡viva la revolución!».

 Aquí una reflexión sobre el presente, su presente.

El panorama global es complicado. ¿Qué piensa Luis Eduardo Aute de la situación que se atraviesa actualmente?

Es muy complejo. Esto evidencia que oficialmente  hemos entrado a la Tercera Guerra Mundial: Occidente contra Oriente Medio radical. Es una guerra que se está repitiendo, es una guerra que ya tuvo lugar en el Medievo: el cristianismo occidental y las cruzadas. Una sociedad capitalista que parece una ciudad feudal en donde el capitalismo quedó trascendido por los propios capitalistas. Los señores feudales que tienen todos los derechos y nosotros somos el pueblo súbdito que debemos pagar los diezmos al señor feudal. Estamos volviéndonos alquimistas con la obsesión de convertirlo todo en oro. El oro como objetivo.

Estamos volviendo a las epidemias, muchas de ellas prefabricadas para que la industria farmacéutica gane más dinero. Es el circo de las guerras medievales pero con elementos nuevos. Esto implica una revolución tecnológica muy potente que está transformando la convivencia política y cultural. Para mí es muy grave que la desigualdad cada vez sea mayor, los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Estas corrientes migratorias que ustedes como mexicanos conocen bien, son muy graves. Hay dos tipos de migrantes:  los que huyen de las guerras y los que aún sin estar en guerra tienen que buscar un lugar para sobrevivir. Todo con niveles de corrupción incalculables.

¿Se podría sostener que  estos conflictos políticos, armados, mediáticos y discursos llenos de odio son consecuencia del modelo económico por el que estamos regidos?

Siempre hay intereses económicos detrás de cualquier tipo de movimiento. El neoliberalismo, al ubicar al beneficio como el bien máximo en el menor tiempo posible, está fabricando a través de la desigualdad creciente mucho odio. Odio entre naciones, odio cultural, el odio a todo lo que no se conoce.

Vivimos en una sociedad más informada pero cada vez con menor conocimiento.

Se pretende una sociedad robotizada que no reflexione y que tenga  un nivel cultural mínimo. El concepto de cultura está desapareciendo y está existiendo una sobredosis de atractivo por la tecnología y por el futbol. El futbol es la nueva religión en el mundo y es también fomentar el odio como un negocio fabuloso.

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¿La tecnología fomenta el discurso de odio?

La tecnología no fomenta odios. La tecnología fomenta la ansiedad de información que no conduce al conocimiento. El internet es fabuloso pero depende de cómo se utilice. Deberíamos viajar a nuestro interior para recabar datos y saber quiénes somos de dónde venimos y adónde vamos. Preguntarnos, ‘¿por qué  me tocó estar en este planeta?’. No es fácil llegar al planeta sin haberlo pedido, jugar en esta gran jungla de vida y preocuparnos por ser felices. La felicidad es un gran enigma que merece una reflexión profunda. Hoy en día, la promesa de felicidad es la posesión de las cosas: entre más posees, más feliz eres. Pero la felicidad no es poseer sino ser.

¿Qué papel juega la difusión la cultural en esta guerra?

La cultura no es entretenimiento, es reflexión. Ahora nos venden entretenimiento que repite todo el tiempo, ‘no pienses demasiado porque te puede hacer daño, es peligroso’. Obvio, porque si la gente reflexiona, afecta la estructura socioeconómica. El arte es otro camino.

Yo no sabría qué sentido tendría mi vida si no pintara, si no escribiera, si no intentara transformar y convertir… buscar la belleza de las cosas.

Esto de cierta forma te ayuda a dejar de ser un zombi. Te ayuda a considerar al otro y eso es tan importante porque «el otro» es quien le da sentido a tu vida. Esto se ve muy claro cuando alguien está en estado de enamoramiento, cuando alguien está feliz de que estés vivo, cuando ese alguien quiere ser feliz contigo. El amor es donde se puede establecer toda esa reciprocidad de lo uno con lo otro fundiéndose en la unidad. Eso es belleza y buscar la belleza debería ser el objetivo de vivir. Vivir es buscar a través de la sensibilidad y  imaginación, la coherencia.

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Entonces, ¿cuál sería panorama para las generaciones jóvenes que son las que se encuentran más cercanas a las nuevas tecnologías?

Me produce mucha inquietud la situación en la que están porque es un mundo muy hostil el que les tocó vivir. Muy competitivo.  Un mundo muy difícil con escasas posibilidades de futuro. No quisiera tener 20 años ahora porque realmente se plantea un mundo muy complejo en cuanto a la posibilidad de sobrevivir con una mínima dignidad.

Plantea un mundo sin esperanza para las generaciones jóvenes…

No sin esperanza, pero con muy pocas posibilidades de futuro. Futuro hay siempre. Yo espero que pese a todas estas circunstancias recuperemos el sentido común. En la sociedad en la que vivimos, todo el mundo reivindica el sentido común pero nadie lo practica. Es el menos común de todos los sentidos. Yo  hago una pequeña broma: con el sentido común se podría desarrollar un ideología comunista. Creo que en algún momento se debe recuperar. Alejarnos de este mundo al que viajamos diariamente, un mundo de intereses bastardos donde no hay una mínima sensibilidad a la condición humana. Espero que las cosas sean distintas, porque con estas estructuras macro capitalistas, el planeta tierra seguramente se cambiará a planeta Apple. Es un chiste.

¿Hace uso de nuevas tecnologías o redes sociales?

No uso celular, no tengo ipad ni Facebook.  En Facebook hay alguien que me sustituye pero no es agresivo. No sé quién es. No las utilizo porque las repudie o piense que ahora todos estamos vigilados como en El gran hermano. Sino porque si a mí algo me gusta me vuelvo adicto, si entro en ese aparataje me dejo abducir. Veo a mi gente que le echa muchas horas a los aparatos. Eso requiere tiempo.  Me falta tiempo y el poco que me queda lo prefiero aprovechar en mis cosas, en proyectos pendientes, con mi familia o seres queridos.

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No podemos frenar el desarrollo tecnológico, entonces, ¿por qué satanizar a las nuevas tecnologías? Podrían ser un arma positiva…

Lo pongo en duda porque tienen un origen no tanto para el bien común, sino para hacer un gran negocio. Todo aquello que se origina así ha sido contrario a lo que se genera para ejercer el bien a la sociedad. Creo que se está pervirtiendo el uso de este aparataje, las redes sociales están muy bien pero siento un poco que volvemos al Medievo. Es un poco como la Inquisición, la cacería  de brujas, una cacería de todo lo que se dice para después quemar al brujo.

De hecho hay una película que me parece fabulosa: Odisea en el espacio de Stanley Kubrick. Ahí está bien plasmada la prehistoria, el futuro y la deriva de la tecnología con el ser humano inmerso en ella. Lo impulsa y traiciona al mismo tiempo. Luego esa elipsis fabulosa de la película cuando el hueso se convierte en la nave… Kubrick se comió toda la historia, de la prehistoria al futuro. Estamos viviendo esa civilización. Se estudia cada vez menos la historia y la gente tiene cada vez menos una formación histórica.

En Estados Unidos no saben ni que la historia existe. Detecto una especie de estrategia del poder imperial por erradicar a los pueblos que la tienen.

Les deben envidiar mucho a ustedes que tienen pirámides. Creo que tienen envidia de historia y por eso la pretenden anular en el resto de los países.

Por eso me preocupan las generaciones jóvenes. Cuando uno es joven difícilmente se puede tener la capacidad de lo que se debe hacer. Yo todavía a mi edad no sé qué debo hacer. Cuando tenía 20 años lo que quería era descubrir la vida. Tal vez porque fui hijo único hasta los 15 años. Yo no me comunicaba con mis compañeros de colegio. No me gustaba el futbol. Me gustaba leer. Tuve muy claro desde niño que mi vida iba estar apegada en el ámbito del arte y no entendería mi vida sin trabajar en ese campo. La vida es un regalo único, increíble, valioso… y la desperdiciamos con las cosas más inocuas y estúpidas.

Esta cosa que llamamos cerebro y que desconocemos por completo contiene todo el universo. Imagínate el valor que tiene cada ser humano. Hay que provechar lo más bello de la vida, lo más valorable, porque no es lo mismo precio que valor.

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One thought on “«La tecnología fomenta la ansiedad de información que no conduce al conocimiento»: Luis Eduardo Aute

  1. En desacuerdo con algunos puntos, sin embargo, considero que hay mucha razón en otros varios. Debo defender a mi generación, rondo yo 20 años, tengo una perspectiva cercana de mi mundo y lo que creo estar viendo para el futuro. No veo, actualmente, la falta de oportunidades.

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