Por Adrián Ávila
Conocí a Explosions In The Sky con The Earth Is Not A Cold Dead Place (2003). Una amiga me regaló una copia del disco con la promesa de que escucharía algo parecido al rock progresivo de los 70. Y sí, sus canciones tenían un desarrollo similar, pero en definitiva había algo distinto en aquel cuarteto texano. Las piezas resaltaban por la mesura en sus recursos. Llevaban un reducido número de notas hasta sus últimas consecuencias.
El nombre de la banda concuerda con su estilo. Munaf Rayani, Mark Smith, Michael James y Chris Hrask tienen la capacidad de tomar acordes sencillos y conducirlos progresivamente hasta explotarlos en una catártica resolución. Con dos guitarras, un bajo y una guitarra, la banda texana conserva los recursos del rock clásico, pero en su ejecución encontramos estructuras basadas en la mesura composicional.
Desde su primer álbum How Strange, Innocence (2000), presentaron una propuesta interesante para el nuevo milenio y distante del predominio del grunge en el rock. En lugar de apostar por los estribillos ríspidos o pegajosos, se concentraron en resaltar cada acorde de manera individual, lento pero más contemplativo. Como si el desarrollo de las canciones fuera de lo particular hacia lo general.
Esta fórmula ha servido como base para la carrera del cuarteto texano. Y quizás no fueron los primeros en inventarlo. Personajes como Zappa, Robert Fripp, David Bowie o John Mclaughlin habían encontrado diferentes formas de expresión con la esencia mínima del rock, pero para Explosions In The Sky, esto no fue una etapa en su carrera, sino un fundamento.
De esto deviene un perfeccionamiento de su estilo que se puede apreciar en cada entrega. Pero también conservan algo íntimo en su música que tiene concordancia con el hecho de que sean una banda de culto. Pues al tener un público pequeño, no viven con la necesidad de satisfacer a un mercado, sino a una parte pequeña del mismo.
Explosions In The Sky permanece como una de las últimas apuestas atrevidas del rock, del uso de la guitarra como sello de identidad en una canción. Hoy en día el mercado está dominado por el hip-hop, la electrónica, el pop y el reggaetón. Ya casi no vemos composiciones populares reconocidas por riffs como el clásico «Welcome to the jungle», la pegajosa «Beat it» o incluso «Seven Nation Army». Y si alguien como Lana del Rey utiliza uno, la tachan absurdamente de plagio.
Esto nos habla del estado del rock en nuestros días donde los riffs aparecen como sampleos y las bandas indies que rescataban el uso de la guitarra han optado por irse a un género allegado a la música disco de los 70. En 2016, Explosions In The Sky lanzó su último álbum, The Wilderness y a pesar de que las tendencias apuestan por otro tipo de músicas, aún continúan respetando su estilo. Por eso y su forma de interpretación en el escenario, es imprescindible verlos en vivo el próximo 3 de marzo en el festival Nrmal, que en su más reciente edición contará con la presencia de Mac DeMarco y Cornelius.