Por Adrián Ávila / @nicolaiwebster
Pocos festivales logran intimar con su audiencia hoy en día como lo hace el Nrmal. Desde que trasladaron su sede de Monterrey a la Ciudad de México, hemos podido disfrutar de su celebración a la música independiente gracias a su propuesta siempre sorprendente. Es pocas palabras: el Nrmal no es simplemente una idea hipster de querer escuchar lo que otros ignoran, sino un proyecto que ha dado una frescura insólita a la producción de festivales musicales los últimos años.
Los mejores festivales tienen una personalidad bastante definida. Glastonbury, Lollapalooza y Coachella tienen unos límites muy marcados que los diferencia del Tomorrowland, el Ultra o incluso el Festival de Jazz de Montreal. Sin embargo, con el paso de los años, estos eventos han pasado de ser acontecimientos musicales a tradiciones y debido a su popularidad, y sus enormes carteles, reúnen un público compuesto de diferentes gustos que llegan a chocar entre sí dentro de su misma periferia musical.
En el festival Nrmal sucede lo contrario: al no ser un evento masivo, se define por esta intimidad que logra con su público gracias a la atención y fidelidad por parte de ambos. Poncho Muriedas, uno de sus organizadores, declaró que para la selección del cartel es imprescindible el Internet. Y es que las redes sociales se han vuelto fundamentales para cualquier festival, pero en el Nrmal se nota una mayor influencia de éstas. Es un festival que construimos todos y para todos. Encontramos una variedad de géneros, sí, pero se apegan a lo independiente, pues incluso quienes encabezan sus carteles son bandas de un público selecto. Al no ser tan grande, uno puede pasar el tiempo escuchando otras bandas más allá del gusto personal y aprender sobre pequeñas propuestas musicales. Ya Richard Dawkins, a partir de la genética, hablaba del meme y su relación cultural como ente para transmitir la información importante entre un grupo de individuos. Las redes han servido para dar relación no sólo sobre la selección del cartel, sino para madurarlo.
El festival Nrmal es de los pocos que saben leer los gustos de su audiencia. No es pretencioso, ni busca aumentar su quórum a partir de lo popular. Se focaliza en su fidelidad a su público devorador de sonidos peculiares alejados de las convenciones. Eso es lo que une en un mismo terreno a propuestas aparentemente disímbolas como Swans y Battles, Ariel Pink y Slowdive, Omar Souleyman y Anika. ¿Qué festival pondría hombro con hombro a Future Islands y la furia de Swans? Seguramente Nrmal no es el único festival en su tipo, pero es uno de los que más ha consolidado su vocación independiente y anómala.
Para la edición 2017, se han anunciado los nombres de Psychic Tv y a The Brian Jonestown Massacre, con lo cual el festival pinta para un cartel lleno de sorpresas, de bandas que quizás no conozcamos, pero que sin lugar a dudas nos aportarán algo a nuestro repertorio musical.